Víbora hocicuda (Vipera latastei)
- aranzazudce
- 15 jun 2017
- 2 Min. de lectura
Hace mucho tiempo que quiero conocer en persona a este animalillo. Y que suerte cuando te levantas una mañana con ganas de salir al campito a pasear y fotobichear, y de una forma inesperada, ahí esta Ella... y ahí esta Kike para presentármela.
"¡¡Encantada de conocerte señorita Víbora!!"


La Víbora hocicuda (Vipera latastei) es la más común de las tres especies de Vipéridos presentes en la Península Ibérica. Su tamaño oscila entra los 50 y 70 cm. Su rasgo más distintivo y por el que recibe su nombre común es un pequeño apéndice o cuernecillo que presenta en la punta del hocico. Además se caracteriza por tener el ojo como una bolita de oro con la pupila en forma elíptica y en posición vertical y presentar escamas en la cabeza.
Este ejemplar es una hembrita y es un juvenil debido a que tiene la parte final de la cola de un color más amarillo, esta parte la mueve como si fuese un gusano para atraer así a sus presas.

El periodo de actividad comienza a mediados o finales de marzo, cuando las temperaturas comienzan a suavizarse, y se prolonga hasta finales de octubre cuando el descenso de las temperaturas anuncia la llegada del invierno.
La reproducción se realiza al finalizar la hibernación, en un intenso cortejo que realizan los machos para conseguir copular con las hembras.
Se alimenta de otros reptiles, de micromamíferos, de aves pequeñas y en ocasiones de artrópodos. Siendo un predador diurno que caza al acecho y abate a sus presas mediante su mordedura venenosa.

El veneno de la Víbora hocicuda no tiene graves consecuencias en el hombre salvo en caso de alergias, ancianos, niños o personas débiles de salud. Aún así es indispensable el tratamiento médico. La toxicidad del veneno de esta Víbora es relativamente baja si la comparamos con la de otras especies de vipéridos de la Península Ibérica (Vipera aspis y Vipera seoanei), no obstante, la víbora hocicuda es capaz de inocular mayor cantidad de veneno que las otras dos especies es por ello que la peligrosidad de sus mordeduras pueda llegar a ser equiparable.
Las víboras son animales poco comunes que normalmente se desplazan poco y habitan en zonas concretas. Son tímidas y huidizas, siempre intentarán la huida frente a un posible peligro y basan su defensa, no en la mordedura, si no en el mimetismo y en la huida. Morderán en caso de que no tengan escapatoria y vean comprometida su integridad. Es por esto que raramente seremos mordidos por una víbora, cuando esto sucede es por que hemos intentado atrapar o matar al animal. Si seguimos una serie de buenas prácticas cuando vayamos al campo no tendremos problemas ni con las Víboras ni con ningún otro animal.












¡¡¡Hasta pronto Viborita!!!
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